Dossier 1. Para entender lo que está pasando en Palestina

  Contenido: PARTE I. Historia de una resistencia y lucha: 1. Conflicto Israel-Palestina: una breve historia en map...

Documento a discusión a todo el movimiento por justicia para Ayotzinapa, y por la caída de Peña Nieto



Sobre la continuidad de nuestro movimiento

De vez en cuando es necesario sacudir el mundo,
para que lo podrido caiga a tierra.
José Martí




Desde el 26 de septiembre nos ha unido el hartazgo y el repudio hacia un Estado corrompido y podrido en toda su estructura, la convicción de que tenemos que ponerle un alto a la situación que se vive en el país, y la exigencia de que nuestros 43 compañeros normalistas de Ayotzinapa sean presentados con vida.


Mantener la unidad del movimiento es, sin duda, uno de los aspectos indispensables para que esta lucha tenga futuro y logre metas que van más allá de lo que inicialmente hizo que miles de estudiantes en todo el país saliéramos a las calles en grandes manifestaciones, y que las brigadas de jóvenes llegaran a multitud de rincones en todo el territorio nacional, además de la resonancia que se ha logrado por medios electrónicos en todo el mundo.


Este movimiento, que hoy por primera vez en muchos años ha alcanzado un nivel verdaderamente nacional, reivindica como lo han hecho siempre los estudiantes conscientes, la discusión política sustentada en argumentos para resolver cualquier discrepancia. Y reivindica también el absoluto respeto a las decisiones democráticas en asambleas públicas, abiertas en las que todos tengan posibilidades de expresar sus opiniones, como la forma de tomar las decisiones que todos acataremos. Las asambleas han sido masivas en la mayoría de las escuelas incorporadas al movimiento y así deben seguir siendo, y todas las decisiones políticas deben tener un amplio respaldo de esas asambleas.


Para contribuir al debate político, queremos poner a discusión del movimiento las siguientes consideraciones acerca de las perspectivas del mismo.


Una consigna unificadora que ayude a incrementar el agrupamiento


Por supuesto, mantendremos la exigencia de presentación con vida de nuestros 43 compañeros normalistas desaparecidos. Pero es necesario ir incorporando otras consignas o demandas capaces de recoger el descontento y la disposición de lucha, al mismo tiempo que hagan posible que el agrupamiento crezca.


Para empezar, no podemos permitir que prospere la maniobra del gobierno que pretende reducir la responsabilidad de lo ocurrido en Iguala a la actuación de los políticos locales de Guerrero y sus policías. Claro que ellos son responsables, son asesinos colocados en el poder por los propios narcos para asegurar su dominio en la zona. Pero no son los únicos. Tenemos que mostrar con muchos argumentos que toda la estructura estatal es parte del mismo aparato que junto con los narcotraficantes, han hecho un infierno de la vida de millones en muchas regiones del país. Que hay un pacto asesino entre el poder político y los narcos. Que este poder se sustenta en los principios del capitalismo: el despojo y la acumulación, el dinero por encima de la justicia, la soberanía e incluso de la vida.


Peña Nieto, que hasta ahora no había encontrado obstáculos serios en su proyecto de remate de todos los recursos del país para dejarlos en manos de la iniciativa privada, en la anulación de todo derecho social o laboral y la legalización del despojo de los pobres en beneficio de los dueños del dinero, ha perdido ese gran impulso que lo llevó a la portada de la revista Time. Apenas pasados los festejos se le ha caído la careta: está más que claro que hay una entramada red de intereses comunes entre los altos funcionarios y los narcos, intereses que él representa y defiende. EPN es la cabeza más visible de esa alianza que objetivamente han formado los diversos grupos de poder que operan en México, unos de grandes empresarios y otros de grandes capos.


Inició su gobierno en medio del repudio de miles de jóvenes agrupados en #Yosoy132, por su papel en el gobierno del Estado de México y en especial por la represión contra los campesinos de Atenco, y por su estrecha vinculación con los consorcios televisivos que lo encumbraron y, de hecho, lo colocaron en el poder. Es el máximo representante de los responsables de la situación que con la despiadada acción en contra de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, derramó el vaso del hartazgo y el descontento popular. Por ello, resulta natural que en las grandes manifestaciones se grite cada vez con más fuerza la consigna ¡Fuera Peña Nieto!


Esta consigna recoge el repudio a todo lo que él representa, tanto en el terreno de la política económica y social contra los más humildes y contra amplios sectores de la clase media, como en el terreno de la violencia estatal y de los narcos que se traduce en asesinatos, secuestros, desapariciones, violaciones y demás vejaciones contra la mayoría de la población a lo largo y ancho del país.


Por ello, exigir la caída de EPN es una consigna que potencia las posibilidades de que se agrupen en esta lucha otros sectores sociales, además de los estudiantes, como todos aquellos campesinos y pobladores de diversas zonas que están enfrentando megaproyectos como el plan Morelos y el nuevo aeropuerto, los que han sido víctimas de la voracidad de las grandes empresas mineras como los familiares de quienes fallecieron en Pasta de Conchos y los que padecen de la contaminación de sus aguas, etcétera. Recoge el descontento de los maestros de la CNTE que han intentado por todos los medios echar atrás la reforma educativa impuesta por Peña y el de los trabajadores de todo el país víctimas de la reforma laboral.


Peña Nieto representa el desprecio y la indiferencia hacia quienes han buscado justicia en este país y han luchado efectivamente contra la delincuencia, desde Ciudad Juárez hasta Michoacán. Simboliza la impunidad que tanto duele en casos como el que hoy vivimos o el de la guardería ABC.


Por ello, nos parece que está creciendo la fuerza de esa consigna al seno del movimiento y sería un gran error no valorar su potencialidad y no recogerla.


No se trata de generar la ingenua esperanza de que basta con cambiar a la cabeza más visible para que cambie el sistema que padecemos. De ningún modo pensamos en abrirle espacio a una opción “menos peor” que busque reestabilizar el sistema por medio de dádivas y un cambio de discurso. Levantar esa consigna tiene que ir acompañado de denunciar que es preciso ir a fondo para lograr un cambio verdadero, no de fachada, no de partido, sino en la estructura misma del poder político y económico. Hay que demostrar que es necesario sacar del poder no sólo al presidente, sino a todos los funcionarios que malgobiernan y a sus padrinos de los partidos políticos (puerta de entrada del narco a la simbiosis con los gobiernos), para encontrar una nueva forma de organizar el sistema político del país.


La caída de Peña Nieto no es un fin en sí mismo, es un peldaño para lograr vencer al Estado criminal y antidemocrático como hoy lo padecemos. Resulta incuestionable que la fuerza que requiere desarrollar un movimiento que aspire a lograr el derrocamiento del presidente, cimbraría el aparato estatal e involucraría la acción de grandes masas de trabajadores, colonos, campesinos, maestros, estudiantes, etcétera.


Todo lo anterior, se vería reflejado en un cambio en la correlación de fuerzas a favor de los intereses de los de abajo. El movimiento tendría que evaluar en todo momento hasta dónde logra avanzar y las posibilidades de ir incluso más allá.



La disyuntiva actual


Así pues, no existe en este país, en este momento, espacio para medias tintas. Nos encontramos en un punto en que una reforma parcial, una solución cosmética, no atacará el problema de fondo. Estamos en la situación en que o logramos un cambio fuerte y profundo en el estado actual de cosas, o no cambiará nada. Transformar a México de raíz, modificar sustancialmente la forma en que se ejerce y organiza el poder, arrebatárselo a quienes lo han detentado en el último siglo. De ese tamaño es nuestra lucha y es necesario asumir que sólo así lograremos detener y revertir la descomposición social a la que nos enfrentamos.


Pero también es necesario asumir que a pesar de todo lo que hemos hechos, a pesar de la incuestionable crisis de legitimidad que padece el Estado, de las grandes movilizaciones en todo el país y de las protestas que no ceden en su afán de superar la coyuntura y enfilarse a una lucha de largo aliento, no hemos logrado aún reunir la fuerza ni la organización suficiente para lograr ese cambio. Este panorama se complica ante la época que se avecina, pues es muy previsible que la movilización baje en diciembre. El reto entonces, a corto plazo, es diseñar una táctica que permita mantener viva la flama de la lucha durante el próximo mes, y que nos deje en las mejores condiciones posibles para retomar la lucha con toda la fuerza posible en cuanto los estudiantes regresen a las escuelas.


En cuanto a la ruta estratégica que nos permita el objetivo último de transformar este país de fondo, que pasa por darle concreción y realidad a la demanda de que caiga Peña Nieto y golpear lo más fuerte posible al sistema político y económico que lo sustenta, la discusión aún está abierta y debemos asumirla con seriedad y madurez política. Sin consignas ni dogmas preconcebidos, más bien atentos a la realidad, al rumbo que van tomando los sucesos, al nivel de conciencia que van adquiriendo las masas en el andar de su lucha y a las acciones que el enemigo emprenda para derrotarnos.


Reivindicamos que la huelga es el arma política más efectiva que tiene el movimiento estudiantil, y en este contexto representaría una fuerza descomunal dado su posible carácter realmente nacional. Es muy posible que sí necesitemos utilizar esta forma de lucha, que sólo es efectiva cuando es asumida por miles de estudiantes que no sólo cierran sus escuelas y se atrincheran en contra del resto de la comunidad, sino cuando las escuelas son tomadas y se convierten en centros de organización, discusión y acción política, que alimenta de creatividad constantemente y el compromiso con los objetivos, que deben ser claros y consensuados entre todos los participantes. Sin embargo, la desesperación o el cliché manualesco que lleva al planteamiento de “paro indefinido ya”, sin que la convicción de dar ese paso esté enraizada en los estudiantes que están en el movimiento, cuando aún no está clara la demanda que asumiría dicha acción y cuando todavía no corresponde a la disposición real de la masa, en lugar de fortalecer la ruta a la huelga, entorpece y obstaculiza ese camino. Estallar paros indefinidos sin fuerza para sostenerlos en la perspectiva de una lucha larga, genera desgaste, aversión de muchos participantes en el movimiento y al final termina debilitando a quienes emprenden esa acción y después no pueden sostenerla. El llamado a parar permanentemente las escuelas “a como sea”, debilita el movimiento y puede conducir a su destrucción sin que siquiera quede manchado el gobierno.


Otra idea táctica apuesta a desangrar al sistema a partir de mil heridas pequeñas. Pugna por el actuar de pequeños grupos aislados que tomen por decisión propia acciones que algunos consideran “contundentes”. Quemar camiones, patrullas o puertas, y “expropiar” comercios en beneficio de unos pocos, no disuelve el poder estatal y sí aísla a quienes las emprenden.


No se trata de estar contra la violencia por principio, ni de omitir la necesidad de las acciones de fuerza para la lucha que se nos presenta; lo que cuestionamos es la efectividad de esa ruta de acción para fortalecer nuestro movimiento en este momento. Esta táctica ya fue puesta en práctica hace unos años: a partir del primero de diciembre de 2012, hubo quienes entendieron que hacer avanzar la lucha implicaba el enfrentamiento constante con la policía, con la idea de que dichos enfrentamientos crearían una ola de acciones radicales que pretendía afectar al gobierno. El resultado fue completamente opuesto. Lo que se ha logrado con esa táctica ha sido el aislmiento, la división interna, la baja en la participación y la represión indiscriminada; el resultado ha sido la detención de quienes emprendieron ese camino, que desgasta y desvía la fuerza del movimiento. Nada indica que de seguir por ese camino llegaremos a un resultado distinto en esta ocasión.


En conclusión


Para enfrentar al sistema y su ejército, se requiere desarrollar al máximo la consciencia social del pueblo, el compromiso y la convicción, saber que otro mundo es posible y haber empezado a construir en los hechos otras reglas del juego. La lucha ideológica es fundamental y nunca descansa.


No basamos toda nuestra propuesta táctica en la creencia de que los trabajadores detendrán el sector productivo (aunque es imprescindible sumarlos a la lucha), no apostamos tampoco a las acciones espectaculares sin contenido político. Para nosotros, la vía para transformar el país pasa por el más amplio agrupamiento de todos los sectores en lucha y por la incorporación de todos aquellos que tienen razones para luchar pero aún no se han organizado para hacerlo.


Partimos de la necesidad de agrupar a quienes han emprendido desde hace años la lucha contra la violencia del Estado, contra las reformas estructurales, contra los megaproyectos de despojo, y por la defensa de sus derechos más elementales. Con el motor de la movilización y la pelea frontal contra el poder como hoy está establecido en México, necesitamos convocar a todas esas fuerzas a resolver el problema con manos propias, sin esperar una solución que venga desde arriba. Nuestra propuesta no es un camino recto y no es sencilla, pero estamos convencidos de que quien la pinta fácil, es porque no entiende la situación real de este movimiento. Para derrocar a Peña Nieto y avanzar en la transformación de raíz del Estado, fortaleciendo que sean los de abajo los que se apropien de este país, pugnamos por un agrupamiento lo más amplio posible, que al calor de la lucha vaya generando los gérmenes de ese otro mundo posible, los inicios de un poder popular que opondremos efectivamente al poder de los de arriba.


No nos cansaremos de repetir que la fuerza del movimiento estriba en el agrupamiento de cada vez más compañeros, en la conciencia que se va adquiriendo, en la unidad reflejada en objetivos comunes y en acciones acordadas democráticamente, en crear las condiciones para que una vez iniciado el andar, ya no se detenga hasta lograr un avance real.


Nadie puede negar que es la acción de masas la que nos pone en perspectiva de desarrollar un movimiento de gran envergadura, tampoco puede negarse que sin esa acción seremos de nuevo pequeños grupos aislados dando cada quien su lucha, por separado.


Es un deber imprescindible de todos los participantes en el movimiento cuidar la unidad, pues sin ella cualquier perspectiva se disolverá. Repudiamos tajantemente las acciones que ponen en riesgo la unidad del movimiento, en particular, de quienes pretenden imponer su visión de la lucha sin haberla ganado en ninguna asamblea estudiantil, que ponen por encima de los intereses y necesidades del movimiento, una idea preconcebida de lo que se debe hacer, y que recurren a la descalificación, la agresión verbal, las amenazas y el acoso para tratar de lograr que todos los demás puntos de vista se subordinen al suyo, o al menos, que la Asamblea Interuniversitaria les brinde un aval irrestricto para hacer lo que les venga en gana, endosando los costos políticos de sus acciones a todo el movimiento estudiantil.


Observar la realidad, procurar el mayor agrupamiento posible, anteponer las necesidades del movimiento en su conjunto por encima de los de un grupo, asumir con responsabilidad una lucha que debe ser masiva y de largo plazo. Ahí vemos las premisas para la continuidad ascendente de nuestro movimiento.



Los brigadistas – UNAM


15 noviembre 2014


unamenrebeldia.blogspot.mx


FB: UNAM pública, gratuita y en rebeldía


@cghUNAM


Pronunciamiento universitario para RadioUNAM 29 de Octubre.



A todos los estudiantes de nuestro país Al pueblo de México:

Han pasado más de treinta días desde la desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa. Desde el 26 de septiembre, el dolor de 43 familias se ha convertido en el dolor de todo un pueblo; la esperanza de encontrarlos se hizo piel y alma de toda una nación. Desde ese día, el gobierno mexicano quedó al desnudo ante el mundo entero. Los acontecimientos de Iguala han demostrado que la violencia no sólo es consecuencia de un sistema económico y político desigual e injusto, cuyo accionar beneficia únicamente a los dueños del dinero, sino que representa, en realidad, una política sostenida desde el Estado para concretar el arrebato de los derechos sociales y el despojo de los recursos naturales de este país. El ataque contra nuestros hermanos de Ayotzinapa es la cara más cruda de la represión y la brutalidad, cuyo fin es eliminar uno de los pocos proyectos sobrevivientes emanado de la gesta revolucionaria de 1910: las normales rurales.

Los normalistas rurales, a pesar de los mandatos de los poderosos, se niegan a desaparecer. Contra ellos se desató, desde hace varios años, una campaña de desprestigio largamente difundida en los medios masivos de comunicación; contra ellos se emprendió una batalla ideológica para presentarlos, ante la opinión pública, como un grupo minoritario opuesto a los supuestos beneficios de un proyecto educativo que se presenta como modernización y progreso. En realidad, la meta de los poderosos es imponer un proyecto contrapuesto a lo público, lo gratuito y sin carácter crítico, como parte de la andanada privatizadora expresada, de igual modo, en la reforma educativa y en el conflicto del IPN.

Lo ocurrido en Iguala es, sin tapujos, la muestra más fidedigna de la descomposición política de los gobernantes y sus instituciones. A su sombra, bajo su protección, con su complacencia en todos los niveles gubernamentales, el poderío del “crimen organizado” se ha incrementado a niveles inimaginables. Gobernantes y criminales son parte de lo mismo, entre uno y otro no existe diferencia. ¿A quién, entonces, le exigimos justicia?, ¿a quién le exigimos el castigo a los responsables materiales e intelectuales de un crimen como éste?

La saña contra los estudiantes de Ayotzinapa develó el desprecio de los poderosos por la gente humilde; lo prescindible que resulta la vida de 43 jóvenes indígenas y campesinos, y de miles de personas más, si de avanzar en la entrega del país se trata. Los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa han dicho que ésta es su última batalla, pero quizá se trate, para miles de estudiantes, para miles de personas a lo largo y ancho del país, del inicio de una gran pelea. Para millones dispuestos a movilizarse, será su primera batalla. La pregunta es: ¿cómo articulamos tanta indignación y rabia?

México no puede ni debe seguir en esta lógica rapaz donde las ganancias y los beneficios se concentran apenas en unas cuantas manos, donde las deudas y las muertes las pagan quienes trabajan de manera honesta y con sacrificio diario; México no puede ni debe seguir en la lógica del horror donde la violencia y la muerte se convierten en el pan de cada día; México no puede ni debe seguir bajo un régimen de total impunidad.

En semanas pasadas, los estudiantes de diversos centros educativos del país hemos realizado distintas manifestaciones, nuestro clamor es unánime: queremos vivos a los 43 compañeros, los queremos de regreso ya. En esa exigencia va también el clamor de miles de personas que repudian el accionar de quienes dicen representar los intereses de la nación; va la decisión de miles de estudiantes de defender el proyecto de educación pública y gratuita. En esa exigencia se concentra, de igual manera, el deseo de que este país cambie desde lo hondo, desde lo más profundo de sus raíces. De que, a través de nuestra organización y lucha, garanticemos que esto jamás se repita.

Por eso nos movilizamos. México debe cambiar, necesita cambiar. Los mexicanos no nos merecemos un gobierno que mata estudiantes y protege gobernadores asesinos; no nos merecemos la impunidad ante la muerte y el despojo; no nos merecemos la barbarie de Tlatlaya ni las muertes en Ciudad Juárez ni los feminicidios; no nos merecemos el injusto encarcelamiento de cientos de luchadores sociales; no nos merecemos el despojo de nuestros suelos, en aras de un supuesto progreso; no nos merecemos esta barbarie a la que nos han conducido.

Por todo ello, a quienes nos han visto en las calles, a quienes han marchado con nosotros, a quienes nos han dado un grito de aliento, a quienes nuestra pelea les parece justa, los llamamos a movilizarse, a hacerse uno con nosotros. A quienes nos han visto con reticencia e incomprensión, a quienes nuestras movilizaciones han molestado, les decimos lo siguiente: no somos nosotros los responsables de este conflicto, el gobierno en todos sus niveles es el culpable directo de toda esta situación; los llamamos a reflexionar y a sumarse a esta lucha que apenas inicia, es la hora de la gente trabajadora y honesta.
A todos los estudiantes del país, a todos los centros educativos de México, los convocamos a la tercera jornada de movilización global en solidaridad con Ayotzinapa para este 5 de noviembre. Queremos cambiar el país, para ello necesitamos, como nunca, la más amplia unidad en resistencia. Compañeros estudiantes: la historia nos obliga a caminar unidos; la historia nos obliga a hacer historia, a no cejar en la pelea por un México justo y libre.

A todos los campesinos, los obreros, las amas de casa, los desempleados, los colonos, los llamamos a esta lucha. Desde el aparato gubernamental, nada cambiará. Es la hora de los humildes.
Exigimos la inmediata presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y el castigo a los responsables intelectuales y materiales de los hechos en Iguala.

La renuncia de Ángel Aguirre, si bien responde a la movilización popular, no es más que un burdo intento del gobierno federal por lavarse la cara y las manos; no nos engañan: Exigimos que se castigue sin concesiones a los funcionarios en los tres niveles de gobierno que, hasta ahora, han demostrado ser incapaces de dar solución.

Hemos iniciado la construcción de la organización que requerimos para tomar en nuestras manos la edificación de otro futuro. Hemos acordado forjar la unidad de todos los que estamos hartos de esta situación, para hacer sentir el poder de nuestra voz y nuestra fuerza. Por ello, llamamos a todos los estudiantes del país que aún no se han levantado, a ser parte de este movimiento nacional.

Llamamos a los trabajadores y trabajadoras a unirse a esta lucha, levantándose contra el control charro y contra la explotación. Llamamos a los campesinos que resisten a los megaproyectos a incorporarse con toda su fuerza a

esta gran corriente nacional. Llamamos a los maestros de la CNTE a recuperar el papel histórico de su gremio y organizar la lucha en todas las escuelas de todos los rincones del país.

Llamamos a los colonos, a las amas de casa, a los vendedores ambulantes y a toda la población, a decidir entre todos qué país queremos y a construirlo juntos. No más silencio cómplice, no más temor ni dudas, no esperemos más: ¡Llegó la hora de actuar!
  •   En el marco de la jornada de lucha convocada desde Ayotzinapa, convocamos a la marcha interuniversitaria el día viernes 31 de octubre a las 16 horas, de la unidad Zacatenco del IPN a la Secretaría de Gobernación.

  •   Llamamos a todo el pueblo mexicano a la Marcha que se realizará el próximo 5 de noviembre, a las 16 horas, de Los Pinos al Zócalo.

  •   Convocamos a construir la 3ra Jornada de acción global por Ayotzinapa, trabajando para impulsar un Paro Nacional del sector educativo hacia el 5 de noviembre, por la presentación con vida de nuestros compañeros, por el fin de la violencia de estado y en defensa de la educación pública y gratuita, en donde los estudiantes y el magisterio democrático podamos marchar juntos e impulsar movilizaciones populares a nivel nacional para esa fecha.

  •   Invitamos a los estudiantes movilizados a elegir voceros para participar en la próxima Asamblea Interuniversitaria a realizarse el sábado 1 de noviembre en la ESIA, unidad Zacatenco a partir de las 10 am. Asimismo, reiteramos la necesidad de discutir la modalidad y representatividad para dichas reuniones.

  •   Convocamos a impulsar, desde las asambleas estudiantiles del movimiento, el Encuentro Estudiantil contra la violencia de estado y en defensa de la educación pública y gratuita. Para eso, llamamos a que las asambleas discutan estos ejes y los posibles mecanismos de organización permanente de los estudiantes.

    Es la hora del México bravío, los estudiantes de la UNAM, con el espíritu de los 43 normalistas, con el espíritu de Villa, Zapata, Magón; con el ejemplo de los estudiantes de 1968, declaramos que no habrá paso atrás en este andar. Sólo nos queda el futuro, por él luchamos.

    ¡Que el dolor se transforme en esperanza! ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!

    Ciudad de México, 29 de octubre de 2014 
    Asamblea Interuniversitaria.
* Por acuerdo el día de ayer entre Estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y el director de Radio UNAM, Fernando Chamizo, este será transmitido tres veces al día en esta estación radiofónica hasta el próximo domingo 2 de noviembre. 

Comunicado urgente del FPDT: 22 de agosto, 2014.


¡Atenco y Texcoco no están en venta, la tierra no es mercancía!
El día de hoy, 22 de agosto, el Tribunal Agrario con sede en Texcoco, citó la primer audiencia  en razón de la demanda que interpusieron dos ejidatarios defensores de la tierra para exigir la nulidad de la asamblea ejidal del 1º de junio y la suspensión del acta resultante de ésta, en el Registro Agrario Nacional (RAN) dadas las inconsistencias legales y corruptelas que predominan.
Desde muy temprana hora, el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, la población de las comunidades vecinas, compañer@s solidarios y medios de comunicación alternativos, caminaron por la carretera federal México-Lechería para dirigirse hacia el Tribunal agrario ubicado en una de las calles céntricas de Texcoco.
Aproximados al punto de llegada, decenas de priistas y un grupo de jóvenes -muchos de ellos sus propios familiares e identificados desde el 1º de junio, portando camisetas con la leyenda “Atenco, paz y progreso”-, igual que en la asamblea ejidal del 1º de junio, esta vez obstaculizaron el paso y arremetieron contra la manifestación que tenía como objetivo central llegar al Tribunal Agrario y acompañar desde afuera la audiencia.
Mientras tanto, dentro del Tribunal Agrario, el secretario de acuerdos, Moisés Jiménez, en ausencia del magistrado Daniel Magaña –con quien se comunicaba por vía telefónica- pidió a la parte demandada, el comisariado ejidal, presentar las actas de las convocatorias (18 de mayo y 1º de junio) y el acta resultante después de la asamblea, a lo que éste respondió que no llevaban nada, pues lo tenía el RAN; por lo que a su vez, el secretario solicitó al RAN, presentarlos para el próximo 8 de septiembre a las 10 de la mañana. Quedando asentada otra fecha de audiencia. De esto último, subrayamos que la inscripción del acta en el RAN ya fue suspendida desde hace varias semana y los señores del comisariado ejidal ya han sido notificados, por lo que podemos entender las agresiones y provocaciones que este día generaron, como la única opción y reacción ante la evidente ilegalidad con la que están operando la entrega de las tierras a manos privadas
Cabe señalar que el secretario Moisés Jiménez, solicitó a nuestros compañeros demandantes, que los miembros del FPDT, comunidades y organizaciones solidarias, suspendieran la manifestación, a lo que se le respondió que, no sólo tenemos todo el derecho de manifestación y libre expresión, sino que, los responsables de las provocaciones y la irrupción con violencia, son gente que acompaña al presidente del comisariado ejidal.
La provocación de los priistas nuevamente se reactivó para obstaculizar la defensa de la tierra. Otra vez recurrieron a su grupo de choque, golpeando a varios compañeros y compañeras, y también a compañer@s de los medios alternativos de comunicación a los que intentaron despojar de sus cámaras.
Con esta acción, nada novedosa, están tratando de montar una nueva antesala de represión e inmovilidad para nuestros pueblos defensores de la tierra. Ocurrió en 2006, y pretenden seguir con la misma estrategia de sembrar averiguaciones previas, para seguirse con la siembra de delitos contra la población que abiertamente reafirmamos nuestro amor por la tierra y acudimos a la defensa legal y la movilización social organizada y pacífica.
No se engañen. El problema no es de un pueblo peleándose entre sí, el problema es la defensa de la tierra contra el gran despojo que desde los gobiernos en turno operan para beneficio de las grandes corporaciones que insisten en adueñarse de nuestra patria pasando por encima de cientos de pueblos que defendemos y ejercemos nuestro derecho y obligación de luchar para defender lo que es del pueblo. Los grupos de choque del priismo, los entreguistas, los usureros, están haciendo el trabajo sucio a un problema más profundo donde está en juego, la libertad, la soberanía y el futuro de nuestro país.
Reafirmamos el amor a nuestra madre tierra, nuestra decisión a defenderla como otro derecho social al que no sólo los ejidatarios, herederos de la lucha revolucionaria, sino también la población en general tenemos.
Que lo entienda Enrique Peña Nieto y las mafias entreguistas, que lo entiendan los dueños del dinero: LA TIERRA NO ES UNA MERCANCÍA; LA TIERRA, EL AGUA Y TODO LO QUE DESCANSA SOBRE ÉSTA, ES DE LOS PUEBLOS Y SUS HIJJOS QUE LA CULTIVAN Y LA DEFIENDEN.
Llamamos a los pueblos de México y el mundo, para prestar sus ojos a este pedacito de patria que igual que otros pueblos ejemplares, sigue levantando el machete y la dignidad en defensa de la tierra y la vida.
La siguiente audiencia será para el día 8 de septiembre a las 10 a.m. en el mismo Tribunal agrario de Texcoco.
Hace unos momentos, los defensores de la tierra de los pueblos de la orilla del agua, retornaron a la plaza de San Salvador Atenco donde se concentran para denunciar lo ocurrido.
Agradecemos la difusión y acompañamiento.
¡LA DIGNIDAD PUEDE MÁS QUE LA VILEZA!
¡LA TIERRA NO SE VENDE SE AMA Y SE DEFIENDE!
Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.

Mensaje de apertura del foro en solidaridad con Palestina, por estudiantes y profesor de la UNAM:




Señor embajador de Palestina en México, sea bienvenido a la UNAM, la máxima casa de estudios de nuestro país. Nos sentimos honrados por su visita, y queremos que sepa que son usted y su pueblo, un verdadero símbolo de dignidad y resistencia.

En este momento, toda la furia y toda la saña de los paises imperialistas está siendo descargada sobre un pequeño pueblo, acorralado, acosado, encarcelado y asesinado. Es el genocida Israel, pero también sus aliados internacionales, con Estados Unidos a la cabeza, los responsables de la atrocidad que se está cometiedo contra Palestina.

Una aberración histórica, de la que nadie puede permanecer indiferente. No sólo por humanismo y sentido elemental de solidaridad, frente a una injusticia innegable, sino además, porque todos tenemos la responsabilidad de detener a los que se sienten dueños del mundo, de sus recursos y de sus pueblos; detener a los que se sienten dueños de nuestros ríos, de nuestros cielos, de nuestra alma.

La ofensiva es contra Palestina, pero debemos se conscientes de que enfrentamos, a su vez, una ofensiva histórica más general. En medio de una de las crisis más profundas que haya enfrentado el capitalismo global, los grandes capitales y los países imperialistas están atacando con toda su furia, arrebatando todo cuanto pueden, acumulando para ellos, despojando y empobreciendo a los pueblos, incluyendo, incluso, a los habitantes de sus propios países.

Palestina nos debe unir, para detener de una vez esta masacre, y para decir fuerte y claro a los dueños del capital que no permitiremos más atropellos, genocidios y ocupación ilegal e ilegítima de nuestros territorios.

México sabe bien de lo que son capaces los países imperialistas para saciar su voracidad. Estados Unidos nos ha sometido durante décadas, utiliza nuestros recursos naturales como si fueran suyos, y a nuestra fuerza de trabajo como si fueran desechables; se apoderaron de la mitad de nuestro territorio nacional, y como si no bastara, hoy se apresuran a apoderse de nuestros recursos energéticos, que el gobierno les está ofreciendo en bandeja de plata tras la reciente reforma energética.

Señor embajador:

En la UNAM apoyamos la causa palestina. La apoyamos porque es una causa justa. Porque a pesar de los recurrentes intentos por privatizar esta Universidad, no lo han conseguido, y aquí, afortunadamente y gracias a la lucha de muchas generaciones de estudiantes, se siguen recibiendo a los hijos de los trabajadores, y se siguen apoyando a los pueblos en resistencia, a los movimientos sociales, que están llamados a transformar este país y el mundo, para que masacres como la que hoy sufrimos en Palestina no vuelvan a cometerse jamás.

Desde aquí, queremos expresar nuestro gran respeto y admiración al pueblo y al gobierno de Venezuela, que ha enviado toneladas de ayuda en alimentos y medicinas al pueblo palestino; al pueblo y gobierno de Ecuador, que ha reconocido a Palestina como Estado, y ha abierto una embajada del país sudamericano en Ramalá; a Chile, que en repudio a la irracional ofensiva, ha retirado a su embajador en Israel; a Uruguay, que ha roto relaciones diplomáticas con el país invasor; a Brasil, que hizo un llamado internacional a detener la masacre. Todo nuestro reconocimiento y admiración a nuestros hermanos latinoamericanos, que han actuado con firmeza frente a esta situación.

Por último, le exigimos al gobierno de Peña Nieto actuar en consecuencia, y romper inmediatamente relaciones diplomáticas con Israel. Le exigimos como universitarios y como ciudadanos mexicanos dejar de ser cómplice de la masacre, dejar de apoyar y ser apéndice del imperio estadounidense. Dejar de estar agachado y sumiso, frente a las atrocidades que estamos presenciando en Palestina.

Desde la UNAM decimos:
Alto al genocidio.
Hermanos palestinos, reciban nuestro sincero abrazo solidario.
¡No están solos!
¡Viva Palestina Libre!

Transmisión en vivo, Foro en la UNAM de solidaridad con Palestina

http://www.ustream.tv/channel/unam-en-rebeld%C3%ADa



Broadcast live streaming video on Ustream

Convocatoria al Encuentro y Jornadas Nacionales en Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida

ENCUENTRO Y JORNADAS NACIONALES 

EN DEFENSA DE LA TIERRA, EL AGUA Y LA VIDA
 Descarga la convocatoria

16 Y 17 DE AGOSTO DE 2014, SAN SALVADOR ATENCO, MÉXICO
CONVOCAMOS A IMPULSAR UN PROGRAMA NACIONAL DE LUCHA CONTRA EL DESPOJO, 
PARA UNIR Y POTENCIAR LAS EXPERIENCIAS DE LUCHA Y RESISTENCIA Y LA CONSTRUCCIÓN 
DE ALTERNATIVAS.





Descarga la convocatoria aquí: 

Atenco: una batalla de 13 años (reportaje Andro Aguilar - Reforma)




Descargar PDF completo: https://www.dropbox.com/s/qjxjm00dkwqxh9d/Atenco%20una%20batalla%20de%2013%20a%C3%B1os%20Reforma.pdf

Descargar mayor calidad: 
Página 1: https://www.dropbox.com/s/7aujbtivmn2d4b0/Atenco%20una%20batalla%20de%2013%20a%C3%B1os%201.pdf
Página 2: https://www.dropbox.com/s/4am4qhjt83ya86z/Atenco%20una%20batalla%20de%2013%20a%C3%B1os%202.pdf

Primer comunicado del doctor Mireles, desde la cárcel



Puntos más relevantes del comunicado:

Mensaje de Manuel Mireles, cefereso 11. 25 Julio. Sonora.

Agradezco al pueblo de México por su solidaridad. Mi cuerpo está en una celda, pero mi espíritu camina con ustedes, hermanos de Sonora, ustedes también saben de los horrores de la impunidad. Autodefensas presos, estén orgullosos de defender a sus familias, a sus pueblos, de defender a México. Estoy seguro de que saldremos libres, la razón y el derecho nos asisten. Las rejas nos fortalecen, mueven las conciencias de los compatriotas. Somos más los autodefensas presos que los templarios. Alfredo Castillo llegó a Michoacán a reprimir, a encerrarlo y humillar al pueblo, mientras templarios sembrar horror. Pido al pueblo digno de Michoacán, negarse a la comunicación con quienes nos han traicionado, no se enfrenten, la lucha es dispareja, peleamos contra los templarios y Castillo que los protege, no hablemos más con él. Castillo miente y traiciona, que se vaya de Michoacán, no los pueden encerrar por negarse a hablar con él. En memoria de nuestros hijos muertos, mujeres violadas, hermanos secuestrados y tierras perdidas, les pido que no hablen con él, que no acuerden con él, ni con los aliados de él. Violando la constitución, nos gobernaban los templarios. Hoy violando la constitución nos gobierna un virrey, la constitución ha perdido vigencia, no está siendo aplicada. Cuando recobremos nuestra libertad juzgaremos conforme a la carta magna. Gobierno se hace sordo y mudo frente a la muerte de nuestra gente. Pero el destino los alcanzará y la historia los juzgará. A mis hermanos indígenas, son los dueños de sus pueblos, no permitan que el gobierno saquee su territorio, ustedes aman la naturaleza más que la riqueza, ustedes aman los bosques, las selvas y los ríos. Los traidores de la patria piensas diferente. No confien, ustedes mandan. A la nación, a todos les pido, ayúdenos a defender la vida, México es nuestro, desarmemos al narcotráfico, pacifiquémos México.

Marcha, martes 29 en solidaridad de Palestina

¡ALTO AL GENOCIDIO EN GAZA! ¡SOLIDARIDAD CON PALESTINA!

Ante la masiva y cruenta ofensiva militar realizada por Israel en contra de la población civil palestina en Gaza, que ha ocasionado cientos de muertes y miles de heridos y desplazados en unos cuantos días, a pesar del clamor mundial por el alto al fuego, declaramos nuestro más profundo rechazo: a) al ataque israelí contra la Franja de Gaza, b) el castigo colectivo contra la población civil, c) el creciente despojo de tierras palestinas y d) la colonización de Cisjordania por lo que: Llamamos a la más amplia solidaridad con la lucha del pueblo palestino por su libre autodeterminación y para exigir el alto inmediato al asesinato y destrucción de Gaza y Cisjordania. Unamos las voces del mundo entero para continuar exigiendo el alto a la ofensiva militar israelí, el fin de la ocupación de tierra palestina y por el juicio y castigo a Israel por crímenes de guerra y violación de todos los derechos individuales y colectivos de los palestinos y la normatividad internacional. Exigimos que el gobierno mexicano condene con mayor firmeza y actúe de manera efectiva para detener la política israelí de agresión militar y limpieza étnica. Llamamos a la inmediata ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales con el estado de Israel por su política violatoria de los derechos humanos en Palestina, incluyendo la suspensión del suministro de petróleo a ese estado criminal.

Llamamos a que todos juntos, denunciemos y exijamos a Israel y sus socios imperialistas como EE.UU., que queremos un mundo distinto, sin ocupantes, ni ocupados, sin oprimidos, ni opresores, sin colonos, ni colonizados, por el derecho a la vida, por el respeto a los derechos humanos, para decirle no al genocidio y para gritar: ¡Palestina Existe! ¡Todos somos Gaza!

Convocamos a la Marcha-Mitin de Solidaridad con Palestina el próximo martes, 29 de julio a las 16 horas concentración en la Embajada de Estados Unidos, en Reforma, para de ahí marchar al Hemiciclo a Juárez.

¡Alto a la agresión militar israelí contra la población civil de Gaza! ¡Por el rompimiento de relaciones diplomáticas y comerciales México-Israel incluyendo suspensión de suministro de petróleo mexicano! ¡Solidaridad con el Pueblo Palestino! Movimiento Mexicano de Solidaridad con Palestina(MMSP)/Coordinadora de Solidaridad con Palestina (CORSOPAL)

Israel, Palestina: Cómo empezó todo

Lo que pasa en Gaza se inició hace 66 años, cuando Israel optó por ser un Estado judío de mayoría judía. Para ello ocupa territorios, excluye a los palestinos y los somete a operaciones militares de castigo.
Otro Israel es posible, al igual que una Sudáfrica libre de apartheid fue posible. 
Olga Rodríguez 22/07/2014 - 20:31h
Mujeres palestinas de
 Gaza lloran por la muerte de varios integrantes de una familia, entre ellos niños (Efe)
Mujeres palestinas de Gaza lloran por la muerte de varios integrantes de una familia, entre ellos niños (Efe)
“Si eres neutral ante situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor” (Desmond Tutu)
 Cómo empezó todo, preguntan algunos estos días. Esto, lo que está ocurriendo en Gaza, se inició hace mucho tiempo. Comenzó con los pogromos, las persecuciones racistas de judíos primero en Rusia, después en Europa. Comenzó con el antisemitismo europeo, con el nazismo, con el genocidio contra los judíos y con la posterior decisión de Europa, motivada por la culpa de lo ocurrido, de apoyar y fomentar el sionismo -surgido en el siglo XIX- y la masiva emigración judía a Palestina. 
Comenzó cuando el protectorado británico de Palestina miraba hacia otro lado mientras los judíos se organizaban en bandas armadas que cometieron atentados terroristas, matando a gente, contra objetivos británicos y árabes.

En 1947 la ONU, motivada por la responsabilidad y culpa europea del horror contra los judíos, aprobó un plan de partición que asignó el 54% de la Palestina del mandato británico a la comunidad judía (llegada la mayoría tras el Holocausto) y el resto, a los palestinos. Jerusalén quedaba como enclave internacional.

En los primeros meses de 1948 las fuerzas armadas judías clandestinas -escribo judías porque así se autodenominaban, y aún no se había declarado la independencia de Israel- elaboraron elPlan Dalet, cuyo fin era, entre otras cosas, hacerse con el control de la vía que unía Jerusalén con Tel Aviv, una zona que no figuraba como futuro territorio israelí en el plan de partición de la ONU. De ese modo expulsaron a miles de personas y asesinaron a cientos. Es decir, ya hubo entonces un plan de limpieza étnica.
Después, cuando los países árabes vecinos declararon la guerra a Israel tras su nacimiento en mayo de 1948, las fuerzas armadas israelíes aprovecharon para ocupar más tierras y expulsar a cientos de miles de palestinos. De ese modo Israel pasó a tener un 78% del territorio (posteriormente, en 1967 Israel ocuparía el 22% restante: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este).

Tras la guerra del 48, muchos palestinos intentaron regresar a sus casas, pero las tropas israelíes se lo impidieron, a pesar de que en diciembre de 1948 Naciones Unidas aprobó la resolución 194, incumplida hasta hoy, confirmada en repetidas ocasiones y ratificada en la resolución 3236 de 1974, que establecía el derecho de los refugiados a regresar a sus hogares o a recibir indemnizaciones.

Solo pudieron permanecer dentro de Israel, en muchos casos como desplazados, unos 150.000 palestinos, el 15% de la población, que en 1952 accedieron a la ciudadanía. Son los llamados árabes israelíes.

Gaza

Gran parte de los palestinos de Gaza son refugiados, expulsados o descendientes de los expulsados en 1948 a través de lo que constituyó, según historiadores israelíes como Ilan Pappé, una limpieza étnica, con el objetivo de levantar un Estado de mayoría judía. Incluso el historiador israelí sionista Benny Morris, ha escrito que “con la suficiente perspectiva resulta evidente que lo que se produjo en Palestina en 1948 fue una suerte de limpieza étnica perpetrada por los judíos en las zonas árabes”.

Los palestinos de Gaza viven hacinados, castigados, limitados. Israel controla qué productos y personas acceden a la Franja y prohíbe la entrada de materiales fundamentales. Practica un castigo colectivo.
Esto, lo que está pasando en Gaza, se inició hace 66 años, cuando se optó por una concepción de Israel como un Estado judío con mayoría judía. Para mantener esa mayoría Israel practica la ocupación, aparta y discrimina a los palestinos y, de vez en cuando, lleva a cabo operaciones militares que matan a cientos o miles y provocan el desplazamiento de miles más.

Para mantener la mayoría judía...

El Estado israelí, para ser fiel a su autodefinición -Estado judío- excluye el concepto de ciudadanía universal. Si aceptara como ciudadanos a los palestinos de Gaza y Cisjordania -territorios que controla u ocupa- su concepción como Estado judío estaría en peligro, ya que la población judía dejaría de ser la mayoritaria.
La elevada natalidad entre los palestinos es una de las preocupaciones principales de Israel. Lo llaman la cuestión demográfica. Ya hoy los judíos dentro de la llamada Línea Verde -las fronteras de antes del 67- conforman el 70% de la población, y se calcula que dentro de veinte años podrían ser el 50%.

Israel se opone a la creación de un Estado palestino pero también se niega a conceder derechos plenos y ciudadanía a los palestinos de Gaza y Cisjordania, porque si lo hiciera, estaría renunciando a su carácter judío como Estado. Es decir, a lo que algunos historiadores y politólogos llaman etnocracia.

Como subrayaba el israelí Sergio Yahni, integrante del Alternative Information Center, en una conversación que mantuvimos en Jerusalén:

 “Israel solo puede ser un Estado judío si mantiene la supremacía demográfica o legal de la población judía, pero para ello tiene o que llevar a cabo una nueva limpieza étnica, como la de 1948, o practicar la segregación étnica legalizada, es decir, el apartheid. Mientras Israel no asuma una verdadera transformación democrática, no viviremos en paz y seguirá la represión”. ( "El hombre mojado no teme la lluvia", Ed.Debate, 2009).

La Ley de Bienes Ausentes

Para que Israel pudiera ser un Estado judío, el gobierno del primer ministro David Ben Gurion organizó la recolonización de las tierras y distribuyó los bienes inmuebles que llamaron “abandonados”. Para ello se aprobó en 1950 la Ley de los Bienes Ausentes, que gestionó el traspaso a manos judías de las casas de los palestinos, no solo de los que se habían ido fuera de las fronteras israelies, sino también de aquellos que habían sido reubicados dentro del Estado israelí.
También se aprobaron otras leyes que prohibieron la venta o transferencia de tierras para garantizar que no cayeran en manos palestinas, y que permitían decretar la expropiación de bienes por interés público o declarar una superficie como “zona militar cerrada”, lo que impedía a los propietarios de la misma reclamarla como suya. De ese modo, 64.000 viviendas de palestinos ya habían pasado a manos judías en 1958.

La Ley del Retorno

Otra de las leyes fundamentales y una de las más controvertidas es la Ley del Retorno, que confirma esa insistencia en el carácter judío del Estado a través de la concesión de privilegios a los judíos. Esta ley concede el derecho a la ciudadanía de todos los judíos del mundo, de los hijos, nietos y cónyuges de los judíos, así como de quienes se conviertan al judaísmo. Sin embargo, no incluye a los judíos de nacimiento convertidos a otra religión y de hecho se ha denegado la ciudadanía a varios judíos convertidos al cristianismo.

La polémica en torno a esta ley reside en que Israel no permite regresar a su hogar a los palestinos expulsados ni a sus descendientes. Pero, por poner un ejemplo, un sueco que se convierta al judaismo sí tiene derecho a residir en Israel y a obtener la ciudadanía. Además, es probable que pudiera acceder a ayudas económicas del Estado para financiar estudios o adaptación a su nuevo hogar.

En 2003 se construyó un escalón más en esta política exclusivista con la aprobación de la Ley de Ciudadanía y Entrada en Israel, que indica que los palestinos de Cisjordania o Gaza menores de 35 años y las palestinas de Cisjordania o Gaza menores de 25 años no podrán residir en territorio israelí aunque se casen con un/a israelí. Sin embargo, si cualquier europeo contrae matrimonio con un ciudadano israelí tendrá derecho tanto a la residencia como a la ciudadanía.

La ocupación

La ocupación es la esencia del Estado israelí tal y como se concibe a sí mismo a día de hoy. Los colonos conforman una especie de ejército israelí paralelo al oficial, ya que ejercen una función paramilitar, la de invadir y ocupar, motivados por razones políticas, religiosas y también económicas, ya que el Estado concede préstamos y subvenciones a aquellos judíos que se instalan en la tierra de los palestinos.
En el territorio palestino de Cisjordania viven 450.000 colonos judíos, con una población total de más de dos millones de habitantes. Las colonias judías consumen un promedio de 620 metros cúbicos de agua por persona al año frente a los menos de 100 metros cúbicos de los palestinos. Esto sucede porque los asentamientos se apropian de parte de los acuíferos y de las áreas con más reservas.
Los colonos pueden llevar armas. Además, sus asentamientos están protegidos por el Ejército israelí, que de este modo legitima la ocupación. Es el propio Estado el que administra los terrenos de Cisjordania.

A través de las colonias, Cisjordania se ha convertido en una zona acantonada, sin continuidad territorial, donde los pueblos y ciudades están desconectados entre sí, convertidos en islotes rodeados por controles militares israelíes y por asentamientos judíos. Un Estado palestino con esta Cisjordania actual no contaría con conexión territorial y tendría tantas fronteras como colonias hay. 

Exclusión y discriminación

Para controlar a la población palestina, Israel limita sus movimientos, lleva a cabo arrestos arbitrarios, aplica la llamada ley de detención administrativa, que permite mantener encarcelado a un palestino sin cargos ni juicio hasta al menos dos años, impide a los palestinos salir de su localidad o les obliga a esperar horas para hacerlo, les niega servicios públicos fundamentales, les prohibe construir viviendas y de hecho destruye algunas de sus casas, con la excusa de que no cuentan con permisos de construcción que se les deniegan de forma sistemática.

En la práctica aplica un apartheid y se guía por la ley del talión. Si alguien mata a un israelí, es el propio Estado el que se encarga de la venganza, derribando la casa de la familia del presunto culpable, torturándole a él, a sus amigos o familiares, o impulsando una ofensiva militar en su barrio o en otro, como la actual contra Gaza. Al contrario de lo que debería ser la actuación de un Estado democrático, Israel opta por la venganza en vez de por la vía judicial.

El precio de la paz

Ante ello, Estados Unidos o la Unión Europea se limitan a murmurar con tibias condenas que son simple tinta sobre papel, porque mientras las emiten, mantienen a Israel como socio comercial preferente, le venden armas, le brindan apoyo diplomático y estratégico. Nuestros gobiernos son corresponsables -desde hace décadas- del destino de palestinos e israelíes.
Como me dijo Rami Elhanan, israelí que perdió a su hija en un atentado de Hamás, los judíos que apuestan por excluir a los palestinos se excluyen a sí mismos, “están volviendo al gueto. La solución está encima de la mesa, pero solo llegará cuando Israel se dé cuenta de que el precio de no tener paz es más elevado que el de tenerla”.

Este año Hamás y Al Fatah anunciaron su reconciliación y un acuerdo incipiente para un gobierno de unidad nacional. Las autoridades palestinas han hablado incluso de estar dispuestas a recurrir a la vía judicial para denunciar a Israel en tribunales internacionales. Ante ello, la respuesta de Tel Aviv ha sido más mano dura. No quiere al pueblo palestino unido, porque eso también amenaza el carácter judío de su Estado.

La radicalización está llegando a tal punto que han brotado nuevos grupos extremistas israelíes que atacan a los manifestantes israelíes que salen a la calle para pedir paz y libertad para Palestina.

En su ansia por querer más, Israel sigue renunciando a un acuerdo más que beneficioso para él, por el cual los palestinos tendrían un Estado con tan solo el 22% de la Palestina inicial, lo que supondría ordenar la salida de Cisjordania de los 450.000 colonos judíos, algo a lo que Tel Aviv no está dispuesto, al menos hasta ahora.

De todo esto va lo que ocurre estos días en Palestina, en Gaza, en Cisjordania. 

Otro Israel es posible 

Cada día que pasa los palestinos son reducidos a números o al olvido, recubiertos por esa perversa sospecha que persigue a tantas víctimas, y que susurra “algo habrán hecho”, “algo habrán hecho”, porque resulta increíble que los crímenes se cometan con tanta impunidad. La entidad que se erige a sí misma como árbitro moral para decidir qué debería ocurrir y qué no en Palestina es la misma que robó y sigue robando la tierra de otros. 
No hay solución militar posible porque a pesar de todo, a pesar de lo que dijera Golda Meir en 1969, Palestina y los palestinos existen. La única solución pasa por poner fin a la ocupación, a los asentamientos, a la exclusión. El racismo, según el semiólogo Walter Mignolo, es la decisión de aquellos que están en el poder de clasificar y evaluar el grado de humanidad de los otros con el objetivo de controlar y dominar.

Dicho en palabras de la académica israelí Nurit Peled, “el Estado de Israel, que se declaró oficialmente un Estado de apartheid, se distingue por lo que ha sido siempre el método del racismo más típico y exitoso: la clasificación de los seres humanos”.

Otro Israel es posible, al igual que otra Sudáfrica fue posible. 

Gaza: el genocidio y sus (sin)razones

Por: Atilio Borón






En medio del espanto y del baño de sangre que inunda Gaza se oye una voz, metálica, glacial. Pronuncia un soliloquio similar al que en su obra Enrique VI William Shakespeare puso en boca de Ricardo, un ser deforme, monstruoso, pero aguijoneado por una ambición ilimitada y orgulloso de su villanía: “Soy el espíritu del estado de Israel. Sí, agredo, destruyo y asesino a mansalva: a niños, ancianos, mujeres, hombres.

Porque en Gaza todos son terroristas, más allá de sus apariencias. Uno de los jerarcas de la dictadura genocida en la Argentina, el General Ibérico Saint Jean, dijo que ‘Primero vamos a matar a todos los subversivos, después a sus colaboradores; después a los indiferentes y por último a los tímidos’. Nosotros invertimos esa secuencia y comenzamos por la población civil, gente cuyo crimen es vivir en Gaza.

En el proceso caerán centenares de inocentes, gente que simplemente trataba de sobrevivir en ese encierro nauseabundo; luego iremos por los tímidos, los indiferentes y después de este brutal y aleccionador escarmiento llegaremos a los colaboradores y los terroristas.

Sé muy bien que el rudimentario y escaso armamento de Hamas apenas puede ocasionarnos un rasguño, como lo demuestran las luctuosas estadísticas de nuestros periódicos ataques a las poblaciones palestinas. Sus amenazas de destruir al estado de Israel son bravuconadas sin sentido porque no tienen la menor capacidad de llevarlas a la práctica.

Pero nos son de enorme utilidad en la guerra psicológica y en la propaganda: nos sirven para aterrorizar a nuestra propia población y así obtener su consentimiento para el genocidio y nuestra política de ocupación militar de los territorios palestinos. Y también sirven para que Estados Unidos y los países europeos, embarcados en la ‘lucha contra el terrorismo’ nos faciliten todo tipo de armamentos y nos amparen políticamente.

En Gaza no me enfrento a ningún ejército, porque no le hemos permitido que lo tenga. Yo, en cambio, tengo uno de los mejores del mundo, pertrechado con la más sofisticada tecnología bélica que me proporcionan mis protectores: Washington y las viejas potencias coloniales europeas, y la que he podido desarrollar, gracias a ellos, dentro de Israel.

Tampoco tienen los palestinos una aviación para vigilar su espacio aéreo, y una flota que custodie su mar y sus playas. Mis drones y helicópteros sobrevuelan Gaza sin temor y disparan sus misiles sin preocuparse por el fuego enemigo, porque no hay fuego enemigo. Hemos perfeccionado, con las nuevas tecnologías bélicas, lo que hizo Hitler en Guernica.

Soy amo y señor de vidas y haciendas. Hago lo que quiero: puedo bombardear casas, escuelas, hospitales, lo que se me antoje. Mis poderosos amigos (y, seamos honestos, cómplices de todos mis crímenes) convalidarán cualquier atrocidad que decida perpetrar.

Ya lo hicieron antes, en innumerables ocasiones y no sólo con nosotros: lo harán conmigo cuantas veces sea necesario. Su mala conciencia me ayuda: callaron desvergonzadamente durante la Shoá, el sistemático genocidio perpetrado contra los judíos por Hitler ante la vista y paciencia de todo el mundo, desde el Papa Pío XII hasta Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill. Callarán también ante el genocidio que metódicamente y en etapas estoy realizando en Gaza, porque matar palestinos a mansalva es eso, genocidio.

Como lo hacía Hitler cuando alguien de su tropa de ocupación era hecho prisionero o matado por los maquís de la resistencia francesa o los partisanos italianos: juntaban a diez o quince personas al azar, que tuvieran la desgracia de pasar por el lugar, y las ametrallaban en el acto, como escarmiento y como didáctica advertencia para que sus vecinos no cooperasen con los patriotas. Nosotros ni siquiera esperamos que maten a uno de los nuestros para hacer lo mismo, y lo hacemos de modo más cobarde.

Al menos los nazis veían los rostros de las víctimas cuyas vidas cegarían en un segundo; nosotros no, porque disparamos misiles desde aviones o navíos, o proyectiles desde nuestros tanques. Nos intranquiliza recordar que tanta crueldad, tanto horror, fue en vano. Seis millones de judíos sacrificados en los hornos crematorios y millones más que cayeron por toda Europa no fueron suficientes para evitar la derrota de Hitler. ¿Será diferente esta vez, será que ahora nuestro horror nos abrirá el camino a la victoria?

Eufórica por ver tanta sangre árabe derramada una de mis diputadas se fue de boca, y dijo lo que pienso: que hay que matar a las madres palestinas porque engendran serpientes terroristas. Desgraciadamente no todos en Israel piensan así; hay algunos judíos, románticos incurables, que creen que podemos convivir con los árabes y que la paz no sólo es posible sino necesaria. Nos dicen que eso fue lo que hicimos por siglos.

No entienden al mundo de hoy, mortalmente amenazado por el terrorismo islámico, y se dejan llevar por la nostalgia de una época definitivamente superada. No son pocos en Israel los que caen en este equívoco y nos preocupa que sus números estén creciendo.

Pero desde el gobierno trabajamos activamente para contrarrestar esa sensiblería pacifista y, para colmo, laica. ¡Laica, en un estado en el que para ser ciudadano se debe ser judío (y tenemos cerca de un 20 % de árabes, que han vivido por siglos en la región y no son ciudadanos) y dónde no existe el matrimonio civil, sólo el religioso! Para combatir estas actitudes contamos con los grandes medios de comunicación (de Israel y los de afuera) y nuestras escuelas le enseñan a nuestros niños a odiar a nuestros indeseables vecinos, una raza despreciable.

Para involucrarlos en nuestro esfuerzo militar los invitamos a que escriban mensajes de muerte en los misiles que, poco después, lanzaremos contra ese gentío amontonado en Gaza. Otros niños serán los que caerán muertos por esos misiles amorosamente dedicados por los nuestros.

No ignoro que con mis acciones arrojo un asqueroso escupitajo a la gran tradición humanista del pueblo judío, que arranca con los profetas bíblicos, sigue con Moisés, Abraham, Jesucristo y pasa por Avicena, Maimónides, Baruch Spinoza, Sigmund Freud, Albert Einstein, Martin Buber hasta llegar a Erich Fromm, Claude Levy-Strauss, Hannah Arendt y Noam Chomsky. O con extraordinarios judíos que enriquecieron el acervo cultural de la Argentina como León Rozitchner, Juan Gelman, Alberto Szpunberg y Daniel Barenboim, entre tantos otros que sería muy largo nombrar aquí. Pero ese romanticismo ya no cuenta. Dejamos de ser un pueblo perseguido y oprimido; ahora somos opresores y perseguidores.

Duras palabras y frases se utilizan para calificar lo que estamos haciendo. Criminal cobardía, delito de lesa humanidad, por agredir con armas mortíferas a una población indefensa, día y noche, hora tras hora. Pero, ¿no merece acaso la misma calificación lo que hizo Estados Unidos al arrojar sendas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki? Y quién se lo reprocha? ¿Terrorismo de Estado? Mejor digamos realpolitik, porque ¿desde cuándo a mis amigos y protectores de Occidente les ha preocupado el Terrorismo de Estado o las violaciones a los Derechos Humanos que cometen ellos mismos, un aliado, o un peón? Apoyaron por décadas a cuantos déspotas y tiranos poblaron esta tierra, siempre que fueran funcionales a sus intereses: a Saddam Hussein, al Sha de Persia, a Mubarak, a Alí, a Mobutu, a Osama Bin Laden, y, en Latinoamérica, a Videla, Pinochet, Geisel, Garrastazú, Stroessner, “Papá Doc” Duvallier, antes a Somoza, Trujillo, Batista y tantísimos más.

Asesinaron a centenares de líderes políticos antiimperialistas, y Obama lo sigue haciendo hoy, donde todos los martes decide quién de la lista de enemigos de Estados Unidos que le proporciona la NSA debe ser eliminado con un cohetazo disparado desde un dron o mediante una operación de comandos. ¿Por qué habrían de escandalizarse ante lo que está ocurriendo en Gaza? Además me necesitan como gendarme regional y base de operaciones militares y de espionaje en una región del mundo con tanto petróleo como Medio Oriente, y saben que para cumplir con esa misión no sólo no deben maniatarme sino que es preciso contar con su inquebrantable respaldo, lo que hasta ahora jamás me ha sido negado.

Sé también que estoy violando la legalidad internacional, que estoy desobedeciendo la resolución Nº 242, de Noviembre de 1967, del Consejo de Seguridad de la ONU, que por unanimidad me exige retirarme de los territorios ocupados durante la Guerra de los Seis Días de 1967. Incumplí esa resolución durante casi medio siglo, sin tener que enfrentar sanciones de ningún tipo como las que arbitrariamente se le imponen a otros, o las que aplican a Cuba, a Venezuela, a Irán y, antes, a Irak después de la primera guerra del Golfo.

¿Razones de tanta tolerancia? Mis lobbistas en Estados Unidos son poderosísimos y tienen a la Casa Blanca, al Congreso y a la Justicia en un puño. Según Norman Finkelstein (un mal judío, enemigo del estado de Israel) la ‘industria del holocausto’ goza de tal eficacia extorsiva que impide percibir que quienes ahora estamos produciendo un nuevo holocausto somos nosotros, los hijos y nietos de aquellos que lo padecieron bajo los nazis. Por eso pese a que las víctimas mortales en Gaza ya superan los 500 palestinos (contra 25 soldados de nuestro ejército, uno de los cuales fue muerto por error por nuestras propias fuerzas, según informara este lunes 22 de Julio a medio día el New York Times) el presidente Obama hizo un estúpido llamado a evitar que israelíes y palestinos quedasen atrapados en el ‘fuego cruzado’ de este enfrentamiento. ¡Pobre de él si hubiera dicho que aquí no hay ‘fuego cruzado’ ni enfrentamiento alguno sino una masacre indiscriminada de palestinos, una horrible ‘limpieza étnica’ practicada contra una población indefensa! ¡Nuestro lobby lo crucificaría en cuestión de horas! Ahora que nuestras tropas entraron en Gaza tendremos que sufrir algunas bajas, pero la desproporción seguirá siendo enorme.

Claro, no puedo evitar que me califiquen técnicamente como un “estado canalla”, porque así se denominan los que no acatan las resoluciones de la ONU y persisten en cometer crímenes de lesa humanidad. Pero como Estados Unidos y el Reino Unido son violadores seriales de las resoluciones de la ONU, y por lo tanto ‘estados canallas’ también ellos, sus gobiernos han sido invariablemente solidarios con Israel.

Más allá de la turbación que por momentos puedan ocasionar estas reflexiones necesitamos completar la tarea iniciada en 1948 y apoderarnos de la totalidad de los territorios palestinos: los iremos desplazando periódicamente, aterrorizándolos, empujándolos fuera de sus tierras ancestrales, convirtiéndolos en eternos ocupantes de infectos campos de refugiados en Jordania, en Siria, en Irak, en Egipto, donde sea.

Y si se resisten los aniquilaremos. Podemos hacer eso por nuestra apabullante fuerza militar, el apoyo político de Occidente y la degradación y putrefacción de los corruptos y reaccionarios gobiernos del mundo árabe, que como era previsible (y así nos lo habían asegurado nuestros amigos en Washington y Londres) no les importa en lo más mínimo la suerte de los palestinos. A tal extremo llega nuestra barbarie que inclusive un amigo nuestro, Mario Vargas Llosa, se escandalizó cuando en 2005 visitó Gaza y nos sorprendió con unas críticas de insólita ferocidad.

Llegó a decir, por ejemplo, que ‘me pregunto si algún país en el mundo hubiera podido progresar y modernizarse en las condiciones atroces de existencia de la gente de Gaza. Nadie me lo ha contado, no soy víctima de ningún prejuicio contra Israel, un país que siempre defendí … Yo lo he visto con mis propios ojos.

Y me he sentido asqueado y sublevado por la miseria atroz, indescriptible, en que languidecen, sin trabajo, sin futuro, sin espacio vital, en las cuevas estrechas e inmundas de los campos de refugiados o en esas ciudades atestadas y cubiertas por las basuras, donde se pasean las ratas a la vista y paciencia de los transeúntes, esas familias palestinas condenadas sólo a vegetar, a esperar que la muerte venga a poner fin a esa existencia sin esperanza, de absoluta inhumanidad, que es la suya.

Son esos pobres infelices, niños y viejos y jóvenes, privados ya de todo lo que hace humana la vida, condenados a una agonía tan injusta y tan larval como la de los judíos en los guetos de la Europa nazi, los que ahora están siendo masacrados por los cazas y los tanques de Israel, sin que ello sirva para acercar un milímetro la ansiada paz.

Por el contrario, los cadáveres y ríos de sangre de estos días sólo servirán para alejarla y levantar nuevos obstáculos y sembrar más resentimiento y rabia en el camino de la negociación.’ [1] Pero nada de lo que diga Vargas Llosa, y tantos otros, nos hará mella: somos el pueblo elegido por Dios (aunque los ilusos estadounidenses también creen en eso), una raza superior y los árabes son una pestilencia que debe ser removida de la faz de la tierra.

Por eso construimos ese gigantesco muro en Cisjordania, peor aún del que erigieran en Berlín y que fuera apropiadamente caracterizado como el ‘muro de la infamia’. Nuestros lobbies han sido muy eficaces en invisibilizar esta monstruosidad y nadie habla de nuestro ‘muro de la infamia’. Reconozco que nuestra traición a los ideales del judaísmo nos inquieta. No era esto lo que querían los padres fundadores.

Nos hemos convertido en una máquina de usurpación y despojo colonial que ya no guarda ninguna relación con nuestra venerable tradición cultural. Algunos dicen que Israel es al judaísmo como Hitler lo era al cristianismo. Por eso es que a veces nuestro sueño se perturba y las muertes y sufrimientos que hemos causado durante tantos años –y que para ser sinceros, comenzaron mucho antes de que naciera Hamas- nos acosan como el fantasma de Hamlet.

Pero retrocedemos horrorizados ante la posibilidad de una paz que no queremos porque perderíamos los territorios arrebatados durante tantos años, envalentonaríamos a la turbamulta árabe que nos rodea y le haríamos perder miles de millones de dólares a nuestros amigos del complejo militar-industrial estadounidense, que es el verdadero poder en ese país, y a sus socios israelíes que también lucran con este estado de hostilidades permanentes.

Por eso seguiremos en esta guerra hasta el final, aun a riesgo de que esta actitud pueda desencadenar un cataclismo universal. El horror padecido bajo el nazismo justifica todo lo que estamos haciendo.”



Comunicado solidaridad Palestina SICSAL

La dictadura bolivariana

La dictadura bolivariana

Lidia Falcón

publico.es

Televen, la emisora de televisión privada venezolana que se creó en el año 1988, está emitiendo su programa diario de noticias, sucesos y debates sin que se haya interrumpido nunca en los últimos 15 años de gobiernos revolucionarios. Minuto a minuto, hora por hora, durante 24, nos explica la desgracia que supone para Venezuela ser gobernada por el Partido Socialista Unido y presidida por Nicolás Maduro. Únicamente una vez a la semana José Vicente Rangel, veterano periodista de izquierdas, tiene un programa donde entrevista a personajes del chavismo. Decenas de otras televisiones privadas siguen emitiendo cotidianamente tremendas críticas al Gobierno. Según lo que éstas aseguran, en el país no hay harina, ni aceite, ni azúcar, ni pan. No hay agua y no se puede cocinar por la falta de gas y la gente prácticamente vive en la Edad de Piedra, alumbrándose con velas y comiendo hierba.

Más de 115 periódicos se publican en papel en Venezuela, de ellos el 90% pertenece a empresas privadas que están indignadas con los planes de redistribuir la riqueza en el pueblo venezolano, que comenzaron a implantarse con el triunfo electoral de Hugo Chávez, y que así lo publican diariamente desde hace 15 años. Todos ellos dedican enormes páginas a informar de las violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno del país, publican diariamente artículos de opinión, editoriales, entrevistas, chistes, viñetas, columnas, dedicados a acusar a todos los dirigentes chavistas de corruptos, ineptos, enchufados e ineficaces.

En 1998, cuando Chávez ganó sus primeras elecciones, existían 331 radios privadas, en 2010 eran 466. Las radios públicas son 250 y las comunitarias 243. En 1998 eran 32 las televisiones privadas, hoy alcanzan la cifra de 61, y entre ellas destacan Venevisión, Televén y Globovisión.

Frente a estas cifras de la presencia de medios de comunicación privados, en esta supuesta dictadura bolivariana, los españoles fuimos convenientemente informados del escándalo que supuso que a una de ellas, RCTV, no le fuera renovada la conexión pública y tuviera que verse reducida a emitir por cable. Era el ejemplo perfecto de la persecución de la libertad de expresión a que se dedica el chavismo.

Los gobiernos revolucionarios han permitido que todas las grandes empresas internacionales sigan operando en el país, con la excepción de hidrocarburos. En competencia con las operadoras de telefonía públicas Movilnet y Cantv, Digitel y Movistar siguen trabajando tranquilamente en el país. Y por supuesto La Polar, Nestlé, Coca-Cola, Philips y tantas otras que dominan el mercado de alimentos y nuevas tecnologías. Las consecuencias son que el abastecimiento de productos básicos se encuentra a merced de las directrices de las empresas que no suelen ser chavistas.

Igual que en el Chile que organizó el golpe contra Allende, la escasez de productos básicos se provoca por la estrategia de la burguesía para minar la credibilidad del Gobierno. La falta de papel higiénico se convirtió en el tema sacramental de las quejas de la clase media y burguesía, que en cambio tienen los centros comerciales privados llenos de ropa, zapatos, perfumes y joyas, artículos la mayoría de importación, para los que al parecer no faltan las divisas que no emplean en comprar papel higiénico.

Esos medios de comunicación, según ellos perseguidos por el Gobierno, se han dedicado durante los tres meses ininterrumpidos de protestas de las guarimbas a publicitar al mundo entero cómo la policía detenía a los manifestantes, según ellos pacíficos estudiantes.

Los disturbios se produjeron sólo en seis estados —de los 24 que tiene el país—, en los barrios ricos del 1% de los 355 municipios, todos de grandes ciudades, administradas por la oposición y en las urbanizaciones de clase media. Los “pacíficos” estudiantes, que sólo lo eran en un 20%, incendiaron edificios de centros de salud, escuelas, guarderías infantiles, universidades públicas, oficinas del Gobierno y negocios privados, y ponían alambres atados a los árboles para que peatones y motoristas fueran degollados. El saldo de los tres meses fue de 42 muertos, según cifras de la oposición, entre civiles y agentes del orden público. Esa misma prensa que se dice amordazada cuenta cada día que el Gobierno no respeta los derechos humanos porque después de haber detenido a 3.200 personas todavía hay 91 encarcelados, y que el sistema ha cometido la gran injusticia de detener a los acusados con sólo un acta policial, como si las detenciones, en todos los países democráticos occidentales, ejemplo de respeto a las normas constitucionales, no se practicaran mediante el mismo sistema: la denuncia policial.

Lo que no cuenta esa prensa objetiva y neutral es que la mayoría de esos muertos son chavistas, 10 eran funcionarios públicos; que únicamente el 7% de los detenidos recibieron medidas privativas de libertad y que 19 efectivos de las fuerzas de seguridad están procesados por excesos en las detenciones. Tampoco cuentan que entre los detenidos hay 58 extranjeros, mercenarios implicados en acciones terroristas, y uso de armas de fuego, comandadas por grupos de ultra derecha. Entre ellos, Gabriel Alejandro Reyes Beltrán que está reclamado por la INTERPOL a solicitud del Gobierno español por narcotráfico.

Indignado está el periódico El Universal porque a dos muchachos que fueron detenidos el juzgado los consideró inocentes y los dejó en libertad 33 días después. No sé si tras el juicio y la sentencia, porque en ese caso la rapidez de la Justicia venezolana supera en mucho a la española.

El caso evidente es que la mayoría de los culpables de los destrozos causados en el patrimonio público y privado, que ascienden a 15.000 millones de dólares, no han sido detenidos ni siquiera identificados. Y que los tribunales han puesto en libertad a más de 3.000 personas en sólo unos días.

Lo que resulta más penoso para esos medios de comunicación, sus propietarios y representantes, los políticos de la oposición, los empresarios que esconden los suministros y los alimentos, la oligarquía que durante dos siglos ha exprimido al pueblo y disfrutado de todos los tesoros del país es que a pesar de la escasez de algunos productos, de que a veces —y sólo a veces como he podido comprobar— se forman interminables colas, de que la propaganda antichavista llena las pantallas, las páginas impresas y las paredes de grafitis, carteles, dibujos y viñetas de varios metros de longitud, que nadie borra; el pueblo, el pueblo llano, ese que vive en los ranchitos, en los poblados, en los nuevos barrios construidos en los últimos años, que tiene que desplazarse en los autobuses llenos hasta los topes, que trabaja duramente para sacar adelante al país y disfruta de menos beneficios que los ejecutivos de las grandes empresas, no se ha lanzado a las calles de las ciudades, por millones, a manifestarse contra el Gobierno, como hizo para abortar el golpe de Estado contra Chávez en el 2002. Porque el pueblo venezolano sabe que únicamente la revolución bolivariana que ahora comienza, a pesar de todas sus dificultades, puede construir un nuevo país que le redima de su explotación secular. Y que ni esa oposición fascista, disfrazada de democrática, ni las promesas de la MUD, Mesa de Unidad Democrática, les darán nunca ni comida ni techo ni sanidad ni educación, como no lo hicieron nunca en más de medio siglo los partidos políticos de la derecha que se repartieron el poder.

Porque la “dictadura bolivariana” que tantos publicistas de la derecha aborrecen respeta la libertad de expresión de los medios de comunicación privados que son mayoría en el país, aguanta estoicamente los ataques, incluso armados, de los sicarios de la oligarquía, y es más respetuosa con la empresa privada de lo que esta se merece.

Deseo que no tenga que arrepentirse nunca de ello.

Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2014/07/14/la-dictadura-bolivariana/

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